Monday, July 31, 2006

Del otro lado.


"... Strangeloveeeee, strange highs and strange looooows". Ya estaba acá así que decidí olvidarme de todo por esta noche y disfrutar de esta aventura que se me presentaba. Nunca había asistido a un lugar así, in fact, no estaba para nada preparada para estar allí, sin embargo intenté dejar atrás los prejuicios y vivir el momento.
La entrada fue impactante: un lugar oscuro, seres andróginos que me miraban como si fuese un bicho extrañísimo. Un par de gays por ahí se me acercaron a confidenciarme que pude hacerlos flaquear en su opción sexual y una que otra mujer me dirigió miradas lascivas (bueno, creo que por lo menos dos de ellas sí eran mujeres, de las otras no doy fe). Superada la impresión debía sobreponere a mí misma y a mi bruto corazón, así que bailé los primeros temas y bebí las primeras cervezas (el ron limón que nos tomamos antes de entrar apenas logró sacudirme un poco el frío). Un par de horas despues ya mis pensamientos no me dejaban en paz, me sentí agobiada, me empezó a faltar el aire y quise escapar. Pensé en irme a casa, pero andar por ahí sola a las dos de la madrugada era estúpido; lo más cercano era arrancar al segundo nivel donde el brit-pop sonaba a todo dar. Habían pocas personas y agradecí enormemente el que allí aún había aire. Me desparramé en una silla pero el agobio volvió, atacando con fuerza... no era el lugar, no era el poco oxígeno disponible, no era la gente, simplemente era yo. Pena, angustia, rabia, desconcierto... de pronto me ví a mi misma, sola allí y me maldije. ¡Ya basta!!
Salté como un resorte de mi escondite y aproveché el tema de Morrisey para bailar sola en medio de la pista como condenada. Fue cuando apareció uno de los pocos straights que pululaban por ahí; para suerte mía (y mala de él) le caí en gracia. A los diez minutos de baile y conversación a gritos por sobre la música ya me repetía incansablemente que no había conocido mujer mas bella, a los veinte minutos ya "sentía que me conocía de otra vida", a la media hora me quería y a la hora despues me amaba. Juro que lejos es lo mas freak que me ha pasado en una disco.
Fui mala, si... ¿pero quién puede culparme? Estaba hecha un estropajo humano y tener al pobre tipo en cuestión babeandose frente a mí no me vino nada mal. Claro que no le crees nada si te alaba la dulce mirada que tienes mientras te mira sin siquiera parpadear unos 30 centímetros más abajo de los ojos.
Ya! Me cansé. Me doy el último impulso, fabrico ánimos de mi pesada melancolía y enloquezco el tiempo restante. Se encienden las luces ¡puedo irme a casa!
El recuento de la noche:
  1. Los amigos ya conocidos y los nuevos son geniales, muuy simpáticos.
  2. Definitivamente tenemos que salir juntos otra vez.
  3. Debo aprender a dejar la pena en casa.
  4. La próxima vez vestiré de negro.

Sunday, July 30, 2006

Quien lo diría...


Sostuve en el tiempo que no cedería a la tentación de unirme a este batallón informático de los blogs, fotologs, paginas personales, etc. pero ya ven, las ironías del destino me han doblegado otra vez (soy débil y que?!). En fin, muchas cosas por contar, que compartir, que celebrar, muchas por olvidar y otras tantas por sanar.
Ya veremos que pasa...